Una reina caprichosa es presa de sus emociones. Sus súbditos, los colores, vienen a su encuentro y representan las emociones de la reina y por un impulso incontrolado se mezclan hasta que todo se vuelve gris.... la reina, el castillo, el cielo. ¿Cómo hace la reina de los colores para que vuelvan sus súbditos? Llora, deja salir sus sentimientos que se transforman nuevamente en colores puros, con los que ella puede bailar y ser nuevamente feliz.
En un formato pequeño y diferente, y con unas ilustraciones simples, limpias y que hablan por ellas mismas, este libro "nace de un proceso creativo singular en el que se realizan el texto y las ilustraciones de manera simultánea" ('Siete llaves para valorar las historias infantiles' de T.Colomer). En este tiempo donde educar los sentimientos es más importante que intentar introducir información a los niños, Jutta Bauer transmite con sus ilustraciones plena libertad. La reina de los colores no tiene límites, no hay márgenes en las páginas y los colores aparecen puestos como si los dibujara un niño pequeño, el indomable caballo rojo es rústico pero a la vez libre y en la última pagina la creadora le da vía libre al lector: Para tí ¡Colorea estas páginas!
El formato del libro, las ilustraciones, el color puesto como si lo hiera un niño, hace de esta obra un experimento provocador, donde el mensaje debe encontrarse después de una nueva lectura y aunque asociar a los colores con los estados de ánimos sea un primer recurso, no lo es el manejo que la autora hace de las herramientas que maneja. Así son los niños, caprichosos, colorean donde quieren y no donde deben colorear. No hay nada que les detenga cuando quieren expresarse, para ellos no hay reglas impuestas...suelen ser los reyes!
En un formato pequeño y diferente, y con unas ilustraciones simples, limpias y que hablan por ellas mismas, este libro "nace de un proceso creativo singular en el que se realizan el texto y las ilustraciones de manera simultánea" ('Siete llaves para valorar las historias infantiles' de T.Colomer). En este tiempo donde educar los sentimientos es más importante que intentar introducir información a los niños, Jutta Bauer transmite con sus ilustraciones plena libertad. La reina de los colores no tiene límites, no hay márgenes en las páginas y los colores aparecen puestos como si los dibujara un niño pequeño, el indomable caballo rojo es rústico pero a la vez libre y en la última pagina la creadora le da vía libre al lector: Para tí ¡Colorea estas páginas!
El formato del libro, las ilustraciones, el color puesto como si lo hiera un niño, hace de esta obra un experimento provocador, donde el mensaje debe encontrarse después de una nueva lectura y aunque asociar a los colores con los estados de ánimos sea un primer recurso, no lo es el manejo que la autora hace de las herramientas que maneja. Así son los niños, caprichosos, colorean donde quieren y no donde deben colorear. No hay nada que les detenga cuando quieren expresarse, para ellos no hay reglas impuestas...suelen ser los reyes!
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