No sólo la condición
valiente de nacer mujeres, ya hoy en día una suerte en países
como China e India que sufren las consecuencias de los abortos
selectivos según el sexo del feto (en la India hay una frase
que dice: "Pague hoy 500 rupias -las de la prueba de sexo- y ahorre 5000" - las de la dote- )
convierten a las mujeres de oriente en mucho más que unas
sobrevivientes. Nosotras occidentales libres y malgastadoras de
nuestra feminidad no valoramos el poder de que ello implica en una
sociedad de igualdades que resurgen, podemos elegir si tenemos o no
hijos, podemos elegir si vamos o no a la universidad, podemos elegir
con quien queremos compartir nuestra vida y hasta podemos probar
antes de decidirlo, tenemos libertad sexual y libertad de expresión. Me he negado rotundamente a ser
una feminista que se queja ante el hecho de ser tratada como una
minoría, no por falta de solidaridad, sino por negarme a ver que ser
mujer es igual a ser hombre, a ser árbol, a ser un alma más
que habita este planeta y que vive sin más, pero no es
verdad. Ser mujer implica una búsqueda constante de
equilibrio, muchas veces con una carga más grande de trabajo
físico, intelectual y sentimental, pero tal vez por ello con una
recompensa mayor y eso me lo recordó al leer esta mañana
la noticia sobre la huelga de hambre que desde hace ocho días hace Aminetou
Haidar, que por cierto compartía página en una columna muy pequeña
junto a la gran nota dedicada a Eugenia
Martinez de Irujo quien posaba con un vestido llamativo hablando de la útilma inauguración de una
tienda de tous, marca realmente horripilante de osos de metal, en
verdad fue lo único que leí, porque me detuve para leer la
nota de al lado sobre Aminetou
Haidar quien ha recibido varios reconocmientos de sus innumeranles
protestas por la situcicón indignante del pueblo Saharaui. Pensé: la nota inmensa y la foto llena de color debe ser
para ella y no para la Irujo, pero persojaes como ella son los que alimentan la cotilla absurda de este puebl, culpable así mismo de la
situación de los Saharauis y a este diario le interesan los
anunciantes y para nada tiene alguna neutralidad humana.
Ante los ojos de cualquier ser pensante queda
completamente ridícula la nota de estas dos mujeres con vidas
completamente opuestas. La una en su lucha por el reconocimiento de
sus amores absurdos y la marca tous ( q prometo que no vuelvo a
nombrar) y Aminetou
Haidar con la espalda destruída por las mil torturas
que sufrió durante los ocho años de prisión. Esta nota
de la que habló, salió publicada en el diario
impreso “El Periódico” de hoy, pero no la he encontrado en Internet. La leí en el café de mi amigo Hugo
(sin su café no podría sobrevivir en estos domingos
tibios, soleados, perfectos y vacíos). El mundo está cada vez
más lejos del equilibrio necesario para que permanezca.
Foto de http://www.lavozlibre.com
valiente de nacer mujeres, ya hoy en día una suerte en países
como China e India que sufren las consecuencias de los abortos
selectivos según el sexo del feto (en la India hay una frase
que dice: "Pague hoy 500 rupias -las de la prueba de sexo- y ahorre 5000" - las de la dote- )
convierten a las mujeres de oriente en mucho más que unas
sobrevivientes. Nosotras occidentales libres y malgastadoras de
nuestra feminidad no valoramos el poder de que ello implica en una
sociedad de igualdades que resurgen, podemos elegir si tenemos o no
hijos, podemos elegir si vamos o no a la universidad, podemos elegir
con quien queremos compartir nuestra vida y hasta podemos probar
antes de decidirlo, tenemos libertad sexual y libertad de expresión. Me he negado rotundamente a ser
una feminista que se queja ante el hecho de ser tratada como una
minoría, no por falta de solidaridad, sino por negarme a ver que ser
mujer es igual a ser hombre, a ser árbol, a ser un alma más
que habita este planeta y que vive sin más, pero no es
verdad. Ser mujer implica una búsqueda constante de
equilibrio, muchas veces con una carga más grande de trabajo
físico, intelectual y sentimental, pero tal vez por ello con una
recompensa mayor y eso me lo recordó al leer esta mañana
la noticia sobre la huelga de hambre que desde hace ocho días hace Aminetou
Haidar, que por cierto compartía página en una columna muy pequeña
junto a la gran nota dedicada a Eugenia
Martinez de Irujo quien posaba con un vestido llamativo hablando de la útilma inauguración de una
tienda de tous, marca realmente horripilante de osos de metal, en
verdad fue lo único que leí, porque me detuve para leer la
nota de al lado sobre Aminetou
Haidar quien ha recibido varios reconocmientos de sus innumeranles
protestas por la situcicón indignante del pueblo Saharaui. Pensé: la nota inmensa y la foto llena de color debe ser
para ella y no para la Irujo, pero persojaes como ella son los que alimentan la cotilla absurda de este puebl, culpable así mismo de la
situación de los Saharauis y a este diario le interesan los
anunciantes y para nada tiene alguna neutralidad humana.
Ante los ojos de cualquier ser pensante queda
completamente ridícula la nota de estas dos mujeres con vidas
completamente opuestas. La una en su lucha por el reconocimiento de
sus amores absurdos y la marca tous ( q prometo que no vuelvo a
nombrar) y Aminetou
Haidar con la espalda destruída por las mil torturas
que sufrió durante los ocho años de prisión. Esta nota
de la que habló, salió publicada en el diario
impreso “El Periódico” de hoy, pero no la he encontrado en Internet. La leí en el café de mi amigo Hugo
(sin su café no podría sobrevivir en estos domingos
tibios, soleados, perfectos y vacíos). El mundo está cada vez
más lejos del equilibrio necesario para que permanezca.
Foto de http://www.lavozlibre.com
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